Música

martes, 5 de junio de 2012

Reflexión 1 en silencio

Me había costado mucho asumir que estaba de nuevo en la tierra. Me planteé reanudar la sesión de placer, pero ahora estaba pensando: la sangre no volvería a bajar.

La vida siempre había sido fácil para mi. Todo lo había reducido a hacer siempre lo que quería en el momento en el que quería. Pero había cambiado. Notaba que  mi muerto cerebro estaba ahora recuperándose. Notaba que mi corazón comenzaba a latir de nuevo porque un estímulo lo había prendido. Notaba que el placer sexual al que llegaba no tenía ni punto de comparación con el de antes: ahora volaba.

La vida siempre había sido difícil para mi. Años de vida con la sensación de vivir  de manera hedonista. Todo se traducía en placer; y el placer era siempre sexual. Sin poder tener amigos porque no me daban placer. Con numerosos amantes a los que acababa rompiendo el corazón. Porque yo no tenía corazón.


Quise dormir. Cerrar los ojos y poder despertar a la mañana siguiente sin que estas sensaciones hubieran hecho modificación alguna en mi personalidad. Sabía que no era posible. 
Quise morirme. Tirarme por la ventana con los ojos cerrados para no tener que rendirme cuentas nunca más. Pero no quería morir.

Lo único que deseaba era seguir viviendo, seguir sintiendo. Hablarle.

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