Música

lunes, 4 de junio de 2012

Andare

Cerré los ojos de nuevo. Cuando los volví a abrir me propuse no pensar de nuevo en lo sucedido. Puse un pié en el suelo, luego el otro, y acto seguido me erguí por completo. Volví a poner rápidamente la ropa sobre mi cuerpo. Fui hacia la puerta, cogí las llaves y salí al rellano. No estaba. Bajé las escaleras hasta llegar al portal donde mis pensamientos volvían a intentar confundir a mi corazón. Aplacados.

Salí a la calle mirando a ambos lados. No sabía donde ir. Pensé en ir hacia la izquierda. Lo hice. Estuve caminando por diferentes calles en ese rumbo pero no le veía. Me frené en seco. Los pensamientos luchaban por hacerme entrar en razón. Volví a casa.

Me acosté en la cama. Suavemente comencé a desvestirme hasta permanecer totalmente desnudo encima de la cama. Toqué con fuerza mi miembro. Quería sentirme como antes y eso era lo único que me volvería a convertir en lo que era. Noté como cada vez su tamaño iba aumentando, me excitaba pensar en que  cada cuerpo cavernoso se estaba llenando con sangre que provenía de mi mente pensativa. Notaba la falta de pensamiento y su actividad contráctil.

Continué acariciando todo mi cuerpo: tocaba mi cabello, acariciaba suavemente mi cuello, dejando bien posicionados todos los dedos. En mi pecho intentaba entrelazar mis dedos con mi vello, mientras continuaba bajando hacia mi ombligo. La otra mano permanecía en mi miembro, como si intentase transmitirle todas las sensaciones que estaba experimentando. Cuando ambas manos se cruzaron en mi miembro, sentí ganas de gritar del placer. Con una sujeté mi miembro y con la otra el saco seminal. Deseaba que toda la vida que encerraba brotara a la superficie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario